INTRODUCCION AL HOMO LUDENS
Pone de moda el fair play y los impone por todo el orbe.
También aparecen la fotografía y los quioscos de música.
Estamos en la época de la alemana reina Victoria. Destripándonos.
Gran Bretaña es la sociedad más avanzada de su tiempo, moralista, puritana y narcotraficante. Bóxer.
Se convirtió en el punto de partida de apasionantes viajes de exploración.
Los exploradores y aventureros victorianos nos sorprenden con sus hazañas en las rutas que les disponía sólo el mapa de la imaginación.
Corsarios, traficantes de esclavos, falsos monjes, comerciantes, falsos aristócratas, cazadores, falsos geógrafos, misioneros, peregrinos, falsos conversos, falsos beduinos, rajás y soldados apoyados en la dura coraza de la soberbia, se dan cita en La Meca, Damasco, Petra, Líbano, Zanzíbar, El Cairo, Bagdad o América del Sur, para escribir sorprendentes y apasionantes capítulos de la historia.
Lewis Carrol es parte, como lo será Lawrence de Arabia, de esta estirpe de aventureros, pero él será el viajero, explorador y conquistador del paisaje de las paradojas, en el contexto del contrasentido y el absurdo. Al mismo tiempo viajará hacia su profunda fantasía, inadmisible en la sociedad de su tiempo y que hoy en día recién algunos han logrado dilucidar no sin cierto sedimento de perplejidad y perversidad.
Carrol es sin duda el apóstol del divertimiento y del descanso, pero sobre todo el hombre del Placer Oculto. No menos mercancía se podía esperar de una sociedad victoriana.
Lewis Carrol es parte, como lo será Lawrence de Arabia, de esta estirpe de aventureros, pero él será el viajero, explorador y conquistador del paisaje de las paradojas, en el contexto del contrasentido y el absurdo. Al mismo tiempo viajará hacia su profunda fantasía, inadmisible en la sociedad de su tiempo y que hoy en día recién algunos han logrado dilucidar no sin cierto sedimento de perplejidad y perversidad.
Carrol es sin duda el apóstol del divertimiento y del descanso, pero sobre todo el hombre del Placer Oculto. No menos mercancía se podía esperar de una sociedad victoriana.
PRELUDIO
DIAS FELICES DE VERANO
Durante el Plesitoceno, el primitivo río Támesis fluía desde Gales hasta Clancton-on-Sea cruzando el Mar del Norte. Este curso se bloqueó por una masa de hielo en la Edad del Hielo y entonces el rio se desvió tomando hoy su curso actual llegando hasta la ciudad de Jack, el destripador.
Durante el Plesitoceno, el primitivo río Támesis fluía desde Gales hasta Clancton-on-Sea cruzando el Mar del Norte. Este curso se bloqueó por una masa de hielo en la Edad del Hielo y entonces el rio se desvió tomando hoy su curso actual llegando hasta la ciudad de Jack, el destripador.
El rio nunca volvió a congelarse y gracias a ello pudo surcar sus aguas la barca de los Reverendos Charles Lutwidge Dodgson y Duckworth con tres niñas llamadas; LORENA, de 13 años, ALICE, de 10 años y EDITH Liddell, de 8 años; para dar un paseo en barca y exponerse a una tarde dorada en un río con cinco aburridos flotando en una barca hasta la próxima vez.
¡ ESTA ES LA PRÓXIMA VEZ !
Me parece que el principio de Alicia, nos fue relatado en una tarde de verano de sol tan ardiente, que desembarcamos en unas praderas situadas corrientes abajo del río, abandonando el bote para refugiarnos a la sombra de un almiar recientemente formado. Allí, las tres repetimos nuestra vieja solicitud: ... ¡cuéntenos una historia! y así comenzó su relato, siempre delicioso. Algunas veces para mortificarnos o porquerealmente estaba cansado, el Sr. Dodgson se detenía repentinamente diciéndonos: ... eso es todo. Hasta la próxima vez;...
¡Ah, pero ésta es la próxima vez!, exclamábamos las tres al unísono y después de varias tentativas para persuadirlo, la deliciosa narración se reanudaba nuevamente.
(Alicia Pleasance Lidell)
Carrol del día:
“. . . Me parece muy aburrido
que la vida tenga un curso de rio sin detenciones. . .”
Sería el Carrol del día que espero.
¡Ah, pero ésta es la próxima vez!, exclamábamos las tres al unísono y después de varias tentativas para persuadirlo, la deliciosa narración se reanudaba nuevamente.
(Alicia Pleasance Lidell)
Carrol del día:
“. . . Me parece muy aburrido
que la vida tenga un curso de rio sin detenciones. . .”
Sería el Carrol del día que espero.
PROLEGÓMENO SEGUNDO
(PERSONAJES QUE CONCURREN AL DELIRIO)
Es una niña trigueña de ojos colosales y un vestido de azul claro con un delantal de institutriz.
Es una niña inmensa, por lo tanto da opiniones correctas respecto de lo que le ocurrió a su hermana pequeña y vislumbra ciertamente, el sentido del non sense.
LORENA intentará caer en el tiempo que sea necesario por el agujero donde cayó Alicia.
Tal vez alcance a percibir lo que de verdad había en el agujero y no la historia que contó Alicia por caer en el agujero que pensó el reverendo Dogson.
Es una niña inmensa, por lo tanto da opiniones correctas respecto de lo que le ocurrió a su hermana pequeña y vislumbra ciertamente, el sentido del non sense.
LORENA intentará caer en el tiempo que sea necesario por el agujero donde cayó Alicia.
Tal vez alcance a percibir lo que de verdad había en el agujero y no la historia que contó Alicia por caer en el agujero que pensó el reverendo Dogson.
3 El GATO CHESHIRE
Es un ave gato o diagrama del aire sutil, si no de qué otra manera se podría posar sobre una rama tan delgada ese peludo, de amplios ojos fijos. Tiene una socarrona sonrisa abierta de vida y muerte. Es un gato complaciente con las amigas niñas y las induce a pensar en algoritmos. Es pariente de gatos famosos como el Gato con Botas, el Gato Negro de Poe, el Gato Encerrado, la Bolsa de Gatos, Gato por Liebre, Engatusado y tantos otras derivadas integradas.
(Oye;…a propósito de gatos)
Se dice que existen casos reportados de gatos alados a lo largo de la historia de la Humanidad, 28 de ellos debidamente documentados.
Pero Cheshire es el único con sonrisa.
Una sonrisa irresistible, inolvidable y un poquito cínica que deja suspendida en el aire mientras piensa en otras cosas.
Siempre debe volver a esa sonrisa única e intransferible. Una sonrisa es mucho más que un gato, ¡A veces es todo lo que eres!
Por ello, la sonrisa abandona al gato a la menor oportunidad y nunca viceversa.
El gato se va y la sonrisa queda; debido a la falta de enfoque espacio temporal de sus pensamientos y al trivial acto físico de sonreír.
Patrañas de gatos encerrados
Laura: Soy el gato en que vivo y me escribo, Me llamo Mister.
Hemingway: Mi 57 era mono, tigre, pirata y ausente.
Borges: Mi gata, orina en las revistas literarias Quatre gats D’Ors.
Soriano: Me mataron el gato y me lo dejaron frente a la puerta; por plagiador.
Prosista: Pituca tuvo en sus ojos; mi infancia, pero era una gata ficticia y pude crecer,
El Caballero Blanco: (a quien nadie la ha dado aviso, nos da un mensaje de pertenencia al texto)
Los escritores de corazón se han ganado un gato que los sigue y los protege,
Los escritores con razón se han ganado un relato que los persigue de un gato porque los gatos de Gibbins, de Dante, de Baudelaire, de Lewis Carrol, de Borges, de Lord Byron, de García Lorca, de H.P.Lovecraft, de Sir Walter Scott, de Miguel de Unamuno, de Burroughs, o Ernest Heminway fueron orugas
y los escritores mismos; pupas
o felinas frutas
o furiosas pepas de pensamientos con textos de malas pupas
a quienes siempre los protegió un gato.
(Oye;…a propósito de gatos)
Se dice que existen casos reportados de gatos alados a lo largo de la historia de la Humanidad, 28 de ellos debidamente documentados.
Pero Cheshire es el único con sonrisa.
Una sonrisa irresistible, inolvidable y un poquito cínica que deja suspendida en el aire mientras piensa en otras cosas.
Siempre debe volver a esa sonrisa única e intransferible. Una sonrisa es mucho más que un gato, ¡A veces es todo lo que eres!
Por ello, la sonrisa abandona al gato a la menor oportunidad y nunca viceversa.
El gato se va y la sonrisa queda; debido a la falta de enfoque espacio temporal de sus pensamientos y al trivial acto físico de sonreír.
Patrañas de gatos encerrados
Laura: Soy el gato en que vivo y me escribo, Me llamo Mister.
Hemingway: Mi 57 era mono, tigre, pirata y ausente.
Borges: Mi gata, orina en las revistas literarias Quatre gats D’Ors.
Soriano: Me mataron el gato y me lo dejaron frente a la puerta; por plagiador.
Prosista: Pituca tuvo en sus ojos; mi infancia, pero era una gata ficticia y pude crecer,
El Caballero Blanco: (a quien nadie la ha dado aviso, nos da un mensaje de pertenencia al texto)
Los escritores de corazón se han ganado un gato que los sigue y los protege,
Los escritores con razón se han ganado un relato que los persigue de un gato porque los gatos de Gibbins, de Dante, de Baudelaire, de Lewis Carrol, de Borges, de Lord Byron, de García Lorca, de H.P.Lovecraft, de Sir Walter Scott, de Miguel de Unamuno, de Burroughs, o Ernest Heminway fueron orugas
y los escritores mismos; pupas
o felinas frutas
o furiosas pepas de pensamientos con textos de malas pupas
a quienes siempre los protegió un gato.
Lorena y el gato amistoso.
5 EL SOMBRERO
UN TÉ MÁS
ES A TODO LO QUE aSPiRa
PUES SABE LO QUE A LORENA eSPeRa.
Se requiere cubrir con amplias sombras
las intenciones y mentiras
6 LA LIEBRE DE MARZO
Es un tipo con largas orejas y enormes pies para su tamañಓ. Eso le ayuda a correr en los cuentos y estar atento a los murmullos de las palabras . Tiene miedo de lo que es la vida, que es corta y tal como están con la Reina, las cosas; es probable que hoy le corten la cabeza.
- Alicia debiera decir de una vez, lo que piensa. Dice la LIEBRE DE MARZO.
LORENA dice:
- ¡No sé lo que piensa Alicia!
Pero sé que ella piensa lo que dice...
después de todo es la misma cosa ¿no?
- ¿Y si sabes lo que piensa; por qué niegas con duda lo que dices?
- Si hablas con dudas, nadie jamás sabrá lo que dices -
Dice la LIEBRE DE MARZO; temiendo perder la cabeza
LORENA dice:
- ¡No sé lo que piensa Alicia!
Pero sé que ella piensa lo que dice...
después de todo es la misma cosa ¿no?
- ¿Y si sabes lo que piensa; por qué niegas con duda lo que dices?
- Si hablas con dudas, nadie jamás sabrá lo que dices -
Dice la LIEBRE DE MARZO; temiendo perder la cabeza
7 LA REINA DE CORAZONES
AB AETERNO tiene una cara roja por el gordo enfado.
Viste sólo con almidones y encajes
y una vara con un obeso corazón de oro
que la sostiene está en sus manos.
Lo cual evita que se le desplome el corazón fuera del pecho.
La Reina no sabe juzgar
ni pensar lo que la gente hace con sus actos,
simplemente si algo o alguien la molesta dice
sin matices de posibles interpretaciones:
- ¡Que le corten la cabeza! -
Y tiene razón;
A los errores hay que extirparlos de raíz
o pedirles la renuncia indeclinable, sin flaquezas.
Viste sólo con almidones y encajes
y una vara con un obeso corazón de oro
que la sostiene está en sus manos.
Lo cual evita que se le desplome el corazón fuera del pecho.
La Reina no sabe juzgar
ni pensar lo que la gente hace con sus actos,
simplemente si algo o alguien la molesta dice
sin matices de posibles interpretaciones:
- ¡Que le corten la cabeza! -
Y tiene razón;
A los errores hay que extirparlos de raíz
o pedirles la renuncia indeclinable, sin flaquezas.
8 LA TORTUGA ARTIFICIAL
con una cara de cocodrilo que impresiona .
Por lo cual a veces con lágrimas de anfibio sabe llorar.
Pero la historia, la impiadosa,
pide que sea una fea extravagante y execrable.
Sin embargo es un animal muy educado y simpático
que aprendió a bailar
solo
para que todos sepan su historia,
porque le gusta que todos le escuchen.
Lo mismo piensa Alicia de sí misma.
Ella, no obstante, es más versátil.
Por lo cual a veces con lágrimas de anfibio sabe llorar.
Pero la historia, la impiadosa,
pide que sea una fea extravagante y execrable.
Sin embargo es un animal muy educado y simpático
que aprendió a bailar
solo
para que todos sepan su historia,
porque le gusta que todos le escuchen.
Lo mismo piensa Alicia de sí misma.
Ella, no obstante, es más versátil.
9 LA ORUGA
la oruga ES similarmente relajada.
La vida pasa en capítulos aparentes por su cuerpo.
¡Cómo largo no ha de estar cada segmento
si sus patas intermedias son las falsas!
Nadie sabe a dónde va el camino a lo perplejo en esas patas
Es un sabio irónico y dormilón
fumando opio en su pipa de cristal.
Pero las orugas respiran por la piel
por lo cual fumar no es un placer
Todo no es más que parte de la pompa,
circunstancia y trampa intelectual
La oruga repite a LORENA un consejo simple:
- ten paciencia candidata-
Contertulios; este es el contexto:
¿Vieron quién está hablando de paciencia?
¡LA EMPERATRIZ DE LA METAMORFOSIS!
¡La futura mariposa; engendro de los monstruos!
LORENA nos sorprende con su respuesta:
“Al menos puedo decirles Quien era, cuando entré a la madriguera del reverendo; pero creo que me cambiaron varias veces el día que me narraron.
CARROL DEL DÍA:
Es soberanamente monstruoso y misterioso el mundo de la oruga en este texto.
SEGUNDO CARROL DEL DÍA:
La oruga repite a LORENA un consejo simple:
- ten paciencia candidata-
Contertulios; este es el contexto:
¿Vieron quién está hablando de paciencia?
¡LA EMPERATRIZ DE LA METAMORFOSIS!
¡La futura mariposa; engendro de los monstruos!
LORENA nos sorprende con su respuesta:
“Al menos puedo decirles Quien era, cuando entré a la madriguera del reverendo; pero creo que me cambiaron varias veces el día que me narraron.
CARROL DEL DÍA:
Es soberanamente monstruoso y misterioso el mundo de la oruga en este texto.
SEGUNDO CARROL DEL DÍA:
Para convertirse en un Beatle hace falta humillarse completamente.... ha sucedido un poco cada vez, hasta que te encuentras haciendo exactamente lo que no quieres, con gente que no soportas, con la misma gente que odiaste, cuando tuviste diez años.
10 LORENA
- ¡Despierta, Alicia! - le dijo LORENA - ¡Cuánto rato has dormido!
- ¡He tenido un sueño tan extraño! - dijo Alicia.
Y contó, las sorprendentes aventuras en el país de las maravillas.
Cuando hubo terminado, LORENA le dio un beso y le dijo:
- Realmente, ha sido un sueño extraño, cariño.
Pero ahora corre a merendar. Se está haciendo tarde.
Así pues, Alicia se levantó y se alejó corriendo de allí durante años.
Hasta allí el dibujo exacto
del texto lírico.
Pero LORENA siguió sentada allí; viendo cómo se ponía el sol
Hasta que también ella empezó a soñar a su vez
y éste fue el diseño aquel
el del verano ...
11.- ¡Y EL GRIFO!
Pero como usted nunca ha visto un grifo, mi estimado lector, él sólo hablará en el recuerdo que usted pueda tener de algo imaginado pues en esta parte del intertexto no aparecerá jamás. Que la imaginación lo ayude.
PRIMERA PARTE
PROEMIUM
Carrol del Constructo:
Los constructos lógicos pertenecen a la clase de las “cosas imposibles”.
Los constructos metafísicos son aportados por la literatura,
El lenguaje hace posible la simbiosis entre una y otra clase de constructos.
Dígame una cosa:
¿A usted le parece creíble?
¿A usted le parece importante?
PROEMIUM
Carrol del Constructo:
Los constructos lógicos pertenecen a la clase de las “cosas imposibles”.
Los constructos metafísicos son aportados por la literatura,
El lenguaje hace posible la simbiosis entre una y otra clase de constructos.
Dígame una cosa:
¿A usted le parece creíble?
¿A usted le parece importante?
CAPITULO 1.- DESCENSO POR LA MADRIGUERA DEL CONEJO
Se levantó de un salto, porque advirtió de golpe que ella nunca había visto un conejo con chaleco, ni con reloj y ardiendo de curiosidad, casi chamuscada, se puso a correr tras el conejo por la pradera rosada de los ojos del conejo y llegó justo a tiempo del parpadeo para ver cómo se precipitaba con su pañuelo a modo de paracaídas, que era sólo una lágrima de conejo, en una madriguera sin fin que se abría al pie del cerro y entre medio de los conductos lagrimales. . . le pareció ver a Alicia comiendo un pastel.
- Cuando después pienso en ello, concluyo que, obviamente, me debí sorprender mucho, pero en aquel momento me pareció lo más natural del mundo; caer, caer y caer... durante kilómetros y kilómetros que es como pensar lo mismo siempre, ,,,si uno fuera una fracción de segundo solamente caería (LORENA)
Carrol del día:
Su significado en la superficie no existe
La lectura es
en el reverso del anverso.
Anverso del Carrol:
No hay nada más tonto que parecer inteligente.
CAPITULO 2.- EN UN MAR DE LÁGRIMAS
Lagrima por las caídas.
Lagrima bombones
Lagrima por despedida.
Lagrima por el final feliz
Lagrima por el frío dolor de muelas,
lagrima lágrimas y biscochos
lagrima de por vida y malvaviscos
millaradas de litros de caramelos de cristal
acompañan a manera de cascada
la caída efervescente de una lágrima que explota; siempre.
LORENA cae a la velocidad de las aguas
y lo que es peor
ninguna lágrima la reconoce en el descenso
Es un viaje amargo cuando se navega en lágrimas ajenas.
Carrol del día:
Siempre es posible extraviarse al interior de alguna lágrima foránea
Y creer que es el propio llanto.
CAPITULO 3.- UNA HISTORIA CON FUSA Y LA COLA DE UN GATO.
Por la cresta de la primera ola va una fotografía que es mi hermana. Está posando con veintidós años, convertida en la Sra. Hargreaves.
El rictus de la soberbia y del poder sobre el sexo, va en su catadura y se parece a mamá sobrevolando la cama de los dormitorios de papá, que son naves a la espera del mejor viento en un puerto. Después de esa fotografía hay una caligrafía:
El rictus de la soberbia y del poder sobre el sexo, va en su catadura y se parece a mamá sobrevolando la cama de los dormitorios de papá, que son naves a la espera del mejor viento en un puerto. Después de esa fotografía hay una caligrafía:
11 de marzo de 1885.
Mi querida Sra. Hargreaves:
Me temo que esta carta se le antojará algo así como una voz salida de la ultratumba, después de tantos años de silencio.
Pero a pesar de esos años yo no aprecio ninguna diferencia en la claridad de «mi» memoria de los días en que nos comunicábamos. Ahora sé por experiencia, cuán frágil es la memoria de un hombre de mi edad en lo que se refiere a nuevos acontecimientos y amistades (por ejemplo, apenas si han transcurrido unas semanas desde que conocí a unos amigos, entre ellos una lindísima pequeñita de unos doce años con la que paseé, y ¡ahora no puedo recordar ninguno de sus nombres!), pero mi imagen mental de la que durante tantos años fue mi niña-amiga ideal, es tan vívida como siempre. Montones de niñas-amigas he tenido desde entonces, pero han sido cosas bien diferente.
Mas si me he puesto a escribir esta carta no es para contarle todo eso. Lo que yo deseo preguntarle es: ¿Tendría UD. algún inconveniente en que se publicase en facsímil el manuscrito original del libro de Aventuras de Alicia (que supongo todavía posee)? La idea se me ocurrió precisamente el otro día.
Si después de considerarlo, llega usted a la conclusión de que preferiría que así no fuese, el asunto se da por terminado. Si por el contrario, su respuesta es favorable, le quedaría muy agradecido si me lo enviase (por correo certificado sería, supongo, lo más seguro) para que yo pueda considerar las posibilidades. Hace veinte años que no lo he visto y no estoy nada seguro de que las ilustraciones no resulten tan calamitosamente malas que sería absurdo reproducirlas.
No cabe duda de que al publicarlo, se me podría acusar de grosero egoísmo. Pero eso no me preocupa lo más mínimo, porque me consta que no es ese el motivo que me anima a hacerle esta petición; lo único que pienso es que, teniendo en cuenta la extraordinaria popularidad obtenida por ambos libros (hemos vendido más de 120.000 ejemplares de los dos), debe haber muchas personas a quienes gustaría ver la forma original
Siempre su amigo
C. L. Dodgson.
La fusa: - De Alicia en esa foto a los 27 años,
LORENA, al temblor de la cresta de las espumosas olas, comenta:
Después de conocer la madriguera, los ojos de mi hermana han dejado de brillar
El rostro dibuja una expresión de dominio sobre sí.
La mirada marcadamente intensa, hosca. Cierra su lectura.
La boca pequeña y firme, sin sonrisa, es insolente, pues no la ve papá.
Lo femenino se trasluce con niveles semánticos distintos.
La fuerza interior del alma es ya la fuerza terrenal.
La posición de sus manos al tomar la bata es altiva.
La mano en la cadera marca la comarca de donde viene la altivez.
La expresión del rostro es dura vanidad.
Es evidente que el sueño de la tarde de verano se ha esfumado.
El arco de las cejas tiene la curva de la pedantería.
La que allí está ya no podrá atravesar espejo alguno.
Ésta que vemos aquí, nos impide recordar a la manera de un sueño,
divagar a través de sus ojos y a nosotros viene su mirada de fastidio y desdén.
¿Entonces, si ella no es posible, por qué persisto en caer sin olvidarla?
Carrol del día:
No está aquí el dominio de la claridad y la franqueza
Aquí concurre; el aturdido negro de la oscura cámara.
CAPITULO 4.- LA HABITACION DEL CONEJO BLANCO
EL CONEJO BLANCO le pregunta
¿Qué edad tienes?
¿Cuánto pesas?
¿Cuánto ganas?
¿Tienes ganas?
¿Sabes cruzar la calle?
¿Tienes gatos?
Quisiera otro tipo de preguntas.
Algo así como;
¿Sabes tú cómo es el timbre de mi voz?
¿Cuáles son los juegos que prefiero?
¿Colecciono mariposas?
¿Tienes agallas?
¿Tiene tinta mi tintero?
¿Tengo alguien que me quiera?
¿Qué a quién le escribo el rezo?
Sinceramente
a la mirada severa de mis muertos y fantasmas va este rezo
Pero nunca sé
sin son ellos los que imploran
o estoy ausente en ese ruego. Callad.
¿Quién puede decir que aquí nos falta una metáfora?
Aquí no está la excusa mostrando una salida con ingenuo verso.
Los inocentes se silencian para que nadie pueda sentirse culpable
Franz Kafka
Carrol del día:
¿Nunca seré mayor de lo que soy ahora?
¿Cuándo sea mayor seré lo que soy ahora?
LORENA le confiesa a su conejo blanco
- Soy malhumorada, despistada, tengo jodida la memoria, tengo carisma con los niños porque nunca dejé de ser una de ellos, me quedé estancada en un pasado que ni siquiera viví. Lo que hace que me llame tanto la atención lo retro, me estresa la gente excesivamente animada, siempre tengo plastilina en las manos y algo en la boca, siempre tengo cara de pocos amigos, tengo a veces demasiada imaginación y eso me hace paranoica, me levanto de mal genio si tengo que madrugar.
Y no puedo dormir con medias, no soporto el calor, soy aracnofóbica, no sé cocinar, me la paso desenterrando tesoros perdidos en el tiempo de viejas ediciones de viejos libros (últimamente cuentos infantiles). Cambio pocas veces de opinión (excepto de mí misma), Me gusta el mar pero desde ahí,…de donde no se ve la tierra y por eso lo llevo tatuado en la muñeca, Estoy apasionadamente enamorada de la literatura y de mis hijos, siempre ando sin zapatos, soy perfeccionista e irremediablemente pesimista y hay reglas a las que nunca terminaré de acostumbrarme...
http://aliciayelconejoblanco.blogspot.com/Y no puedo dormir con medias, no soporto el calor, soy aracnofóbica, no sé cocinar, me la paso desenterrando tesoros perdidos en el tiempo de viejas ediciones de viejos libros (últimamente cuentos infantiles). Cambio pocas veces de opinión (excepto de mí misma), Me gusta el mar pero desde ahí,…de donde no se ve la tierra y por eso lo llevo tatuado en la muñeca, Estoy apasionadamente enamorada de la literatura y de mis hijos, siempre ando sin zapatos, soy perfeccionista e irremediablemente pesimista y hay reglas a las que nunca terminaré de acostumbrarme...
Ahora el poema que se narra se sustenta sin autor en el terreno de las fusiones afectivas. Y la palabra somete su significado a ese deseo y ella es sujeto que arremete y fascina.
Un hombre meticuloso se llama John Tinnel y si ilustra, es adivino.
Fotografía, niña gato, deformación sonrisa, nena, objeto, placer, delicia
disfraz, identidad en sus dibujos delirantes
Diosa Alicia, musa Alicia, madre Alicia, Eva Alicia, hija Alicia,
Esposa Alicia, monja Alicia, ninfa Alicia.
Ficciones atiborradas de puertas, claves y cerrojos.
Trampa para algunos y caída inaccesible para otros
Reflejos de una farsa son los textos sobre ellas:
Betsavé, Beatrice, Eloísa, Casandra, Emma,
Antífona, Hécuba, Lorena, Alicia y las que amé.
HIPÓTESIS:
Las fotografías de niñas desnudas del artista, responden a una deformación subjetiva de la imagen femenina infantil, que las convierte en artísticos objetos pasivos de placer, anulando con juegos y disfraces, su capacidad de acción como sujetos activos con propia identidad. (Mónica Caravias)
A menos que yo diga lo que sé
Mrs. Duckwork
A menos que yo diga lo que sé
Carrol del día:
Antes de hablar,
debieras fotografiar
TODO lo que piensas. . .
CAPÍTULO 5.- OBSERVACIONES OPORTUNAS DE UNA ORUGA
(Me gustaría ser un poco más alta y así sería irrefutable lo que diga)
... Su respiración era serena y lenta
De vez en cuando, el viento pasaba sobre sus ropas
y no era frío ese sonido.
Un soplo de beso cada vez más suave
medía el cuerpo de la niña al salir de ese vestido
y me extasiaba.
Al ritmo de los latidos de su pecho
apareció una mariposa pura y blanca
que danzando sobre sus párpados cerrados
se posó en el sombrero del retrato.
No la tocaba
en ninguna parte.
Ni la fragancia de su vuelo.
Tampoco la fragancia de su cuerpo se movía
y mi fotografía era intensa. . .
casi viva.
Porque sólo en la foto la quería.
Carrol del día:
Misteriosos
son los clicks de los diafragmas.
(También me gustaría ser un poco más exacta)
... Su respiración era serena y lenta
De vez en cuando, el viento pasaba sobre sus ropas
y no era frío ese sonido.
Un soplo de beso cada vez más suave
medía el cuerpo de la niña al salir de ese vestido
y me extasiaba.
Al ritmo de los latidos de su pecho
apareció una mariposa pura y blanca
que danzando sobre sus párpados cerrados
se posó en el sombrero del retrato.
No la tocaba
en ninguna parte.
Ni la fragancia de su vuelo.
Tampoco la fragancia de su cuerpo se movía
y mi fotografía era intensa. . .
casi viva.
Porque sólo en la foto la quería.
Carrol del día:
Misteriosos
son los clicks de los diafragmas.
(También me gustaría ser un poco más exacta)
CAPITULO 6.- CERDO Y PIMIENTA
LORENA en la madriguera quedó en espera
con Alicia en el estanque y su mirada en el ojo de su vientre
que era una gota rebasando el vaso.
(El vaso era un rutilante cáliz pero calló
por su música hostigosa y cruenta)
con Alicia en el estanque y su mirada en el ojo de su vientre
que era una gota rebasando el vaso.
(El vaso era un rutilante cáliz pero calló
por su música hostigosa y cruenta)
Si el cerdito cabezón hubiera crecido, se dijo a sí misma, hubiera sido un niño terriblemente feo, pero como cerdito sin ojos, me parece precioso. Y empezó a pensar en otros hombres que ella conocía y a los que les sentaría muy bien convertirse en cerditos sin ojitos. ¡Si supiéramos la manera de mudarlos! se estaba diciendo, cuando tuvo un ligero escalofrío al ver la sonrisa voluptuosa del Gato de Cheshire sentada sobre su cama con su ¡bébeme ! y ella misma caminando las montañas o pliegues gigantescos de esa cama de bebé porque ella era nada más que la pupila corta con su gota amniótica rebasando la sonrisa vaso cayendo en el hocico del cerdito sin ojitos.
¡Bébeme!
¡Bébeme mucho!
¡Bébeme mucho!
EL HOMBRE EQUIVOCADO (A partir de un texto de Torcuato Luca de Tena que surcaba en los escritos de la ventolera que producen las caídas)
- Había una vez, - dijo EL SOMBRERERO - un reverendo padre que vivía cerca de un fotógrafo. Lo odiaba tanto.
- Había una niña llamada Alicia que lo quería locamente. Enfrente vivía el catedrático en paz.
Un día el reverendo padre vino con una aguja y una inyección llena de veneno. Empujó al fotógrafo y lo pinchó. El fotógrafo murió en un dos por tres.
Pronto culparon al catedrático y lo llevaron al tribunal de La Reina de los Corazones. El gato bostezó. La Reina de los Corazones había dejado, por descuido, la ventana abierta. Cuando el juicio comenzaba entró por la ventana un cerdito. El cerdito se acostó en las faldas de la Reina de los Corazones. El cerdito se durmió en las faldas de la Reina de los Corazones. El cerdito roncaba demasiado en las faldas de la Reina de los Corazones. Le cortaron la cabeza.
El catedrático tuvo en la noche de Navidad una comida indigesta por el exceso de pimienta. Dijo: “Han matado a un inocente”. El catedrático fue ejecutado aquella noche de Navidad. Le cortaron la cabeza.
La esposa lo vio sin la cabeza y comenzó a llorar. Cuando Alicia lo vio. También comenzó a llorar por el fotógrafo, por el catedrático y por el cerdito. Pronto se murió Alicia. Lloraron todos.
La sumergieron en un mar de lágrimas. Cada noche el fantasma empapado de Alicia acude a casa del reverendo padre con una lámpara en su mano y le dice:
- Te odio; te odio para siempre.
1er. Carrol del día:
Fin de un capítulo PERFECTO,
2do.Carrol del día:
Cualquier texto de cualquier autor puede viajar por la madriguera del conejo que estás pensando.
- Había una niña llamada Alicia que lo quería locamente. Enfrente vivía el catedrático en paz.
Un día el reverendo padre vino con una aguja y una inyección llena de veneno. Empujó al fotógrafo y lo pinchó. El fotógrafo murió en un dos por tres.
Pronto culparon al catedrático y lo llevaron al tribunal de La Reina de los Corazones. El gato bostezó. La Reina de los Corazones había dejado, por descuido, la ventana abierta. Cuando el juicio comenzaba entró por la ventana un cerdito. El cerdito se acostó en las faldas de la Reina de los Corazones. El cerdito se durmió en las faldas de la Reina de los Corazones. El cerdito roncaba demasiado en las faldas de la Reina de los Corazones. Le cortaron la cabeza.
El catedrático tuvo en la noche de Navidad una comida indigesta por el exceso de pimienta. Dijo: “Han matado a un inocente”. El catedrático fue ejecutado aquella noche de Navidad. Le cortaron la cabeza.
La esposa lo vio sin la cabeza y comenzó a llorar. Cuando Alicia lo vio. También comenzó a llorar por el fotógrafo, por el catedrático y por el cerdito. Pronto se murió Alicia. Lloraron todos.
La sumergieron en un mar de lágrimas. Cada noche el fantasma empapado de Alicia acude a casa del reverendo padre con una lámpara en su mano y le dice:
- Te odio; te odio para siempre.
1er. Carrol del día:
Fin de un capítulo PERFECTO,
2do.Carrol del día:
Cualquier texto de cualquier autor puede viajar por la madriguera del conejo que estás pensando.
CAPÍTULO 7a.- UNA MERIENDA DE LOCOS
Capítulo que transcurre en el traspaso del espejo a un árbol. Árbol bajo el cual se ha dispuesto una merienda para un juego de té de loza vacía y donde LORENA discurre sobre la lógica del texto.
LORENA: Eat me.
ALICIA: Read Me.
LORENA: Sí;… estoy comiendo y estoy leyendo.
ALICIA: ¿Si estás leyendo, entonces estás comiendo?
LORENA: ¿Si no estoy comiendo, entonces no estoy leyendo?
ALICIA: ¡Eso es muy bueno para el texto! Estás leyendo, entonces estás comiendo.
LORENA: ¡Es la comida más estúpida que he leído en mi vida!
Carrol del día:
El negativo es de transparencia hipócrita
El alimento del espíritu produce la acidez
y los reflujos son sus avinagradas escrituras
ALICIA:
¿...Qué seré cuando grande...?
LORENA:
¡Un monstruo fabuloso!
LORENA: Eat me.
ALICIA: Read Me.
LORENA: Sí;… estoy comiendo y estoy leyendo.
ALICIA: ¿Si estás leyendo, entonces estás comiendo?
LORENA: ¿Si no estoy comiendo, entonces no estoy leyendo?
ALICIA: ¡Eso es muy bueno para el texto! Estás leyendo, entonces estás comiendo.
LORENA: ¡Es la comida más estúpida que he leído en mi vida!
Carrol del día:
El negativo es de transparencia hipócrita
El alimento del espíritu produce la acidez
y los reflujos son sus avinagradas escrituras
CAPITULO 7c.- LA MERIENDA
Alicia,
para ti este cuento pueril.
Ponlo en tu mano pequeña
donde descansan los cuentos triviales,
enlazados en guirnaldas de la memoria ya marchita.
Es la ofrenda de un peregrino
que las recogió en países lejanos.
CABALLERO BLANCO;
Sólo escoltarás a Alicia hasta el confín de las casillas donde la pubescente sea coronada por el índice de libros infantiles.
Agitarás tu pañuelo blanco;
y aplacarás tu soledad fuera de todas las jugadas
que esa mujer de otro ya será carnada.
Jaque; Carrol.
DoDo:
En estos amores
la carnal malicia está vacía de sangrías
Son amores gentiles y elegantes. Racionales textos.
El ideal del amor es la distante amada e inalcanzable amor.
Lorena;
Estos son amores victorianos, severos, hipócritas, moralistas, puritanos.
Y en lo profundo;
bestiales, mórbidos, fatalistas y al fin y al cabo; chabacanos
No es amor correcto
el amor impracticable.
Que te lo cuente un reverendo
Jaque Mate; míster
Carrol del día:
Esta no es la frase correcta;
Me gustaría casarme con su hija de once años
Esto es lo victoriano: Si pasados seis u ocho años siguiera sintiendo lo que siento ¿Sería posible una alianza?. . .
He aquí la verdadera causa del gato encerrado en el texto. Es el único animal que hace lo que piensa. Y ese es todo su misterio.
CAPITULO 8a.- EN EL CAMPO DE CRICKET DE LA REINA
He elaborado un plan...sobre cómo hacer las fotos de Connie. Para a ello debo permanecer en Londres. Me llevaré la pequeña a Oxford. Tomaré con ella el primer tren de la mañana. Se quedará unas nueve horas conmigo a solas. Luego por la tarde la devolveré a Londres. Apenas me costará más caro que los boletos para ella y la capucha. Y así no tendré que llevarla a cuestas...
(Charles Dogson)
(Charles Dogson)
EN ADELANTE EVITARÉ EN PÚBLICO TODA REFERENCIA A LAS NIÑAS
SALVO EN OCASIONES QUE NO DEN NINGUN LUGAR A DUDAS
Carrol del día:
Debieras decir lo que piensas;
como los gatos
DODO:
El sexagenario Carroll inmovilizado en su domicilio por un derrame sinovial, menciona el postrer encuentro en 1891 con Alicia, llamada ahora Mrs. Hargreaves.
Como Mrs. Hargreaves, está ahora en el Decanato. La invité a tomar el té. No pudo hacerlo. Pero ha tenido la gentileza de venir con su hermana Rhoda por un breve rato esta tarde. La carta de invitación de Carroll a su antigua amiga para que lo visitase incluye una profesoral mención al principio lingüístico general de la ambigüedad de las palabras y una respetuosa referencia al esposo de Alicia:
“Probablemente preferirá traer un acompañante; pero dejo en sus manos la decisión, observando únicamente que si su marido ha venido con usted, con el mayor mucho gusto le recibiré (he tachado el mayor porque es ambiguo; la mayoría de las palabras lo son, me temo). Lo conocí en nuestro salón de recreo no hace mucho. Me resultó difícil admitir que fuese el marido de alguien que, aún hoy, me represento como una niña de apenas siete años.
El triángulo de imágenes destella en la mente de Carroll:
i.- incómoda presencia del marido,
ii.- huella del tiempo en la mujer,
iii.- niña amiga en el recuerdo;
CONCLUSION-------------------------------------¿y quién no?
CAPÍTULO 8b.- LA CUARTA CASILLA
La Habana, 16 de abril de 1988.-
Srta. Alicia Liddell,
Universidad de Oxford,
Gran Bretaña. Querida Srta. Alicia: Tengo pocas esperanzas de que esta carta llegue a sus manos, pues hay miles de kilómetros de agua entre la Isla donde usted vive y la mía, que es un poco más pequeña, debo reconocerlo, si bien es una isla también, a fin de cuentas, y las islas debieran quererse unas a otras como hermanas, lo mismo que usted, Lorinda, Carlota y Edith, que son también hermanitas. Hay otra dificultad, y es que mi carta tendría que viajar al revés, no de este sábado, digamos, al miércoles que viene, sino del miércoles que viene a este sábado, lo que resulta bastante complicado, por no decir enrevesado –cosa que no sé muy bien qué cosa sea.
Ayer, viernes 4 de julio de 1862, dio usted un paseo en bote por el río, en compañía de sus dos hermanas y del Profesor de Matemáticas de la Universidad y un amigo suyo. Claro que usted en el mencionado viernes sólo tiene diez años, y el Profesor de Matemáticas - creo que se llama, o le dicen, Lewis Carroll, y su amigo, son sólo personas mayores y amigos de la familia– les propuso a ustedes el paseo porque en realidad se aburre con las personas mayores y prefiere conversar con los niños. No me extraña, porque a mí me pasa lo mismo.
El motivo de estas líneas es resolver una duda que he tenido siempre. Según el libro que escribió el Sr. Lewis Carroll, usted y Lorinda Carlota estaban solas a la orilla del río cuando apareció el Conejo con el Reloj de Bolsillo en el Chaleco y usted no pudo menos que seguirlo por la madriguera abajo hasta llegar al mundo subterráneo – es decir, debajo de la tierra – donde sucedieron todas las Maravillas que usted conoce mejor que nosotros. Pero según declararon más tarde el Sr. Carroll y usted misma, él se limitó a contarle toda la historia sobre el hombro de su amigo, que remaba delante de él, porque usted, mi querida amiga, no lo dejaba tranquilo con sus preguntas sobre lo que venía después en la historia. Le confieso que esta explicación no me satisface. (En caso de que fuese cierta, aprovecho la oportunidad para agradecerle su curiosidad aun que resultara impertinente para el Sr. Carroll.)
No me satisface porque tengo la impresión de que usted sigue corriendo sus Aventuras en el Mundo Subterráneo o en el que está Detrás del Espejo. Lo que añade nuevas dificultades al destino de mi carta. ¿Se la entregará acaso el mayordomo de la Sra. Duquesa junto con ese enorme sobre de Invitación que le vemos en las manos? ¿O puede que la lleve consigo el Caballero Blanco y se le haya olvidado entre una y otra caída? ¡Quién sabe, mi querida Alicia!
Sigo con la impresión de que está usted debajo o detrás de Algo, no sé muy bien qué sea. Pero como es usted una niña de diez años y tan inteligente y cortés y valiente como deben ser todas las niñas, me despido en la incertidumbre de que sabrá salir de sus apuros y, si encuentra un rato libre, de que algún día recibiré su respuesta a estas líneas.
La quiere de todo corazón,
Eliseo Diego
SR. ELISEO DIEGO,
PD.: .Que bueno que me quiera..
Un profesor de matemáticas de Oxford.
Srta. Alicia Liddell,
Universidad de Oxford,
Gran Bretaña. Querida Srta. Alicia: Tengo pocas esperanzas de que esta carta llegue a sus manos, pues hay miles de kilómetros de agua entre la Isla donde usted vive y la mía, que es un poco más pequeña, debo reconocerlo, si bien es una isla también, a fin de cuentas, y las islas debieran quererse unas a otras como hermanas, lo mismo que usted, Lorinda, Carlota y Edith, que son también hermanitas. Hay otra dificultad, y es que mi carta tendría que viajar al revés, no de este sábado, digamos, al miércoles que viene, sino del miércoles que viene a este sábado, lo que resulta bastante complicado, por no decir enrevesado –cosa que no sé muy bien qué cosa sea.
Ayer, viernes 4 de julio de 1862, dio usted un paseo en bote por el río, en compañía de sus dos hermanas y del Profesor de Matemáticas de la Universidad y un amigo suyo. Claro que usted en el mencionado viernes sólo tiene diez años, y el Profesor de Matemáticas - creo que se llama, o le dicen, Lewis Carroll, y su amigo, son sólo personas mayores y amigos de la familia– les propuso a ustedes el paseo porque en realidad se aburre con las personas mayores y prefiere conversar con los niños. No me extraña, porque a mí me pasa lo mismo.
El motivo de estas líneas es resolver una duda que he tenido siempre. Según el libro que escribió el Sr. Lewis Carroll, usted y Lorinda Carlota estaban solas a la orilla del río cuando apareció el Conejo con el Reloj de Bolsillo en el Chaleco y usted no pudo menos que seguirlo por la madriguera abajo hasta llegar al mundo subterráneo – es decir, debajo de la tierra – donde sucedieron todas las Maravillas que usted conoce mejor que nosotros. Pero según declararon más tarde el Sr. Carroll y usted misma, él se limitó a contarle toda la historia sobre el hombro de su amigo, que remaba delante de él, porque usted, mi querida amiga, no lo dejaba tranquilo con sus preguntas sobre lo que venía después en la historia. Le confieso que esta explicación no me satisface. (En caso de que fuese cierta, aprovecho la oportunidad para agradecerle su curiosidad aun que resultara impertinente para el Sr. Carroll.)
No me satisface porque tengo la impresión de que usted sigue corriendo sus Aventuras en el Mundo Subterráneo o en el que está Detrás del Espejo. Lo que añade nuevas dificultades al destino de mi carta. ¿Se la entregará acaso el mayordomo de la Sra. Duquesa junto con ese enorme sobre de Invitación que le vemos en las manos? ¿O puede que la lleve consigo el Caballero Blanco y se le haya olvidado entre una y otra caída? ¡Quién sabe, mi querida Alicia!
Sigo con la impresión de que está usted debajo o detrás de Algo, no sé muy bien qué sea. Pero como es usted una niña de diez años y tan inteligente y cortés y valiente como deben ser todas las niñas, me despido en la incertidumbre de que sabrá salir de sus apuros y, si encuentra un rato libre, de que algún día recibiré su respuesta a estas líneas.
La quiere de todo corazón,
Eliseo Diego
SR. ELISEO DIEGO,
Ya puede estar usted viendo que su carta me llegó. Señor.
La carta pasó cuando iba cayendo por la madriguera del conejo y como en esta caída tengo tanto tiempo para todo; aproveché de acogerla y de leerla.
Hoy es viernes 27 de enero del 2006. Está de cumpleaños el pajarón Dodo.
Ya he crecido pues en este momento no soy lo que era hace otro momento; así es que su carta viajó por donde usted no lo esperaba. Me llegó por el conducto equivocado. Pero llegó.
En este momento soy adulta y trato de responder como niña y es posible que cometa alguna incoherencia, pero como creo que usted también se devana los sesos en responder si en este momento soy adulto o adúltera, le responderé lo que pueda decir coherentemente.
Yo no sé bien lo que usted trata de hacer al comunicarse conmigo. Algo parecido ya han hecho otros antes, pero Ud. es el primero que me dirige la palabra en forma tan directa y respetuosa.
Ya puede ver usted donde me tiene la curiosidad. Cayendo junto a otra niña que se llama Lolita, la que mira como adulta porque dormía con su adulto. No la entiendo.
Ahora mismo me pregunto y siento que me hincho en los pechos y me salen bellos por donde no sabía que pudiera crecer bello. Ella me lo explica. También puedo como ella dilatar las aletillas delgadas de mi nariz respingada. Y puedo adivinar lo que veía el reverendo Dodgson cuando me dejaba quieta para mirarme largo rato a través del lente de su aparato.
Él era, tímido y remilgado y trabado como niño perpetuo, era un hombre que no tiene vida. Vive aparte del mundo y del contacto humano normal, era casto, inmensamente respetuoso y morirá virgen. Será su dominio perdido. Ahora mismo debe estar en eso.
Debe saber, Señor Eliseo que en estos momentos lo importante no es el destino de su carta si no el destino de mi respuesta.
Sepa usted que cuando el reverendo nos contaba las historias, yo efectivamente casi en forma impertinente le decía que continuara, porque las historias no terminan cuando alguien cierra la boca, prueba de ello es que también ha pasado por esta caída la carta del Sr. Teillier de Chile comentando mi relación con el reverendo en esa barca de aquella tarde. Señal de que la historia no termina.
Cuba ,entendiendo, es la isla donde Ud. vive, según me dice en su carta.
Chile es un país que también es como una isla como Inglaterra y está rodeado por las cordilleras, mares y desiertos. Para que usted entienda señor: el sentido de isla no lo da siempre el que esté rodeada de agua como UD. cree. También es isla el agua rodeada por el cristal del vaso y esta cavernosa madriguera de textos por los que también cae mi hermana mayor. Incluso una misma puede ser una isla o gruta siempre que conozca todos sus contornos. Incluso más; se es isla cuando se está rodeada de malos compañeros, como dice don Gepetto. Sí señor; el mismo que se tragó la ballena.
Creo que estoy siendo incoherente pero tengo algo entre mi curiosidad y mis deseos que no puedo controlar y me expele a hablar incoherencias. Yo creo que es mi edad confusa. Me siento deseosa y no sé de qué. Ha pasado por aquí también un niño Peter Pan pero que en verdad dice que se llama Peter Llewelyn-Davies y que ya tiene 36 años pero no crece. No se ha dado cuenta de que le pisé la sombra y ahora mismo está en eso. Buscándola. Pero el Peter Llewelyn ya pasó por aquí con muy mal aspecto.
Efectivamente aún sigo cayendo por las páginas de esta madriguera. Lo más terrible es que no termino de caer con su sombra pegada en el zapato. Trataré de salir de este apuro que me tiene tan complicada aquí en el estómago. No sé si es la sensación de caída permanente. Aquí señor, me parece que hay un gato encerrado.
Los pacientes que alguna vez estuvieron con sus médicos ahora son impacientes. Quieren saber de las expectativas de posibles enfermedades por negligencias médicas que se pueden producir al final de la última página de un relato.
Espero salir prontamente de esta incertidumbre cuando llegue al último episodio.
Hay señores que son poetas y les ha dado por escribir acrósticos con mi nombre. Ya no soy niña soy mi circunstancia.
No sé por qué le cuento esto. Pero creo que sería necesario que sepa que aquí en la caída más de alguno padece de vértigo, mareos y dolores de cabeza o indisposiciones...son las faltas a la ortografía.
Los médicos aquí ya fueron dados todos de baja, porque este es el reino gramatical que cae y no hay nada quieto. Por lo tanto no se pueden hacer entierros lingüísticos, si no levitaciones semánticas y lo que es peor: aquí no existen enciclopédicos cementerios. Tampoco se pueden hacer supuestos teóricos, excepto admitir lo que pasará cuando termine de caer. Para confirmar la regla.
Por lo cual aquella Alicia Lidell que murió a los 85 años de edad aquí no ha llegado.
Sé, a pesar de pensar en mi trébol de cuatro hojas del bolsillo de mi delantal, que seré en esta parte que me tocó caer, la muchacha-mala de la historia por no volver a casa en forma oportuna. Pero yo no soy esa que cuenta el cuento si no la que merodea en la lectura de algún niño-amigo.
Ha sido un gusto responder su carta. Espero que haya sido satisfecho en sus dudas y sepa algo más de mí ahora que soy adulta, como dijo la mariposa refiriéndose a la oruga.
Saludos cordiales, Alicia PD.: .Que bueno que me quiera..
Un profesor de matemáticas de Oxford.
El reverendo Dodgson.
Ligeramente tartamudo y zurdo
nos deja en la cuarta casilla de su mundo.
Allí,
para el unicornio somos monstruos fabulosos
y se oye el ruido de armadurasde caballeros
que piensan mejor cuando están cabeza abajo.
que piensan mejor cuando están cabeza abajo.
El señor Dogson pasea con tres niñas
tal vez sueña fotografiarlas desnudas
pero estamos en el siglo XIX, en plena Era Victoriana
y solo se contenta con escribir cartas festivas
con narrarles historias sobre el otro lado del espejo
y ver fluir sus tiernos rostros en el atardecer de una barca.
El nombre de Alicia significa ahora Aventura
Y cuando lleguemos a la octava casilla
empezaremos a ser reyes
en un juego que ya no vamos a olvidar.
(Jorge Teillier)CAPITULO 9.- HISTORIA DE LA FALSA TORTORUGA
Christ Church, Oxford, 28 de October de 1876
Mi muy querida Gertrude: Usted estará apesadumbrada, sorprendida, y desconcertada, al oír la extraña enfermedad que tengo desde que usted se fuera. Mandé buscar al doctor, y le dije: Déme alguna medicina porque me siento cansado.
Él dijo: - ¡Estupideces sin sentido! Usted no necesita la medicina: ¡Vaya a la cama!-
Dije: - No; no es la clase de cansancio que pide la cama. Mi rostro trasunta cansancio-. Él se veía con expresión grave,
Y dijo:- OH, es su nariz la que está cansada: una persona habla a menudo demasiado cuando piensa que tiene todo claro.
Dije: -No, no es la nariz. Quizás sea el pelo.
Entonces él se vio algo serio y dijo:
- Ahora sí entiendo: usted estuvo peinando el pianoforte-
- No –dije-, de hecho no lo he hecho, y no es exactamente el pelo: más bien sobre la nariz y el mentón. Entonces él,… serio durante largo rato, dijo:
-¿Ha estado usted caminando mucho con la barbilla?
Dije.: - No.
¡Bien!- dijo él- esto me desconcierta mucho. ¿Usted cree que el problema estará en los labios? -preguntó.
- Por supuesto, le dije. -¿Qué es exactamente? -
Entonces él se vio muy serio, por cierto y dijo:-Yo creo que ha estado dando demasiados besos...
- Bueno- dije;- Le di un beso a una niña, una pequeña amiga mía-
- Piense otra vez, dijo él- ¿está seguro de que haya sido sólo uno?-
Pensé otra vez, y dije: - puede que hayan sido once veces-
Entonces el doctor dijo:- Usted no debe darle ni uno más hasta que sus labios se hayan recuperado-
- Pero ¿cómo hago? - Le dije: - ¡le debo ciento ochenta y dos besos más!-
Entonces se vio tan serio que las lágrimas corrían por sus mejillas y me dijo: -Mándeselos en una caja.
Entonces recordé una pequeña caja que compré una vez en Dover, pensando que podría regalarla alguna vez a alguna niña ú otra persona.
Así que los empaqué bien cuidadosamente.
Dígame si le llegan bien o si alguno se pierde en el camino.
(Rvdo. Charles Dodgson).
Mi muy querida Gertrude: Usted estará apesadumbrada, sorprendida, y desconcertada, al oír la extraña enfermedad que tengo desde que usted se fuera. Mandé buscar al doctor, y le dije: Déme alguna medicina porque me siento cansado.
Él dijo: - ¡Estupideces sin sentido! Usted no necesita la medicina: ¡Vaya a la cama!-
Dije: - No; no es la clase de cansancio que pide la cama. Mi rostro trasunta cansancio-. Él se veía con expresión grave,
Y dijo:- OH, es su nariz la que está cansada: una persona habla a menudo demasiado cuando piensa que tiene todo claro.
Dije: -No, no es la nariz. Quizás sea el pelo.
Entonces él se vio algo serio y dijo:
- Ahora sí entiendo: usted estuvo peinando el pianoforte-
- No –dije-, de hecho no lo he hecho, y no es exactamente el pelo: más bien sobre la nariz y el mentón. Entonces él,… serio durante largo rato, dijo:
-¿Ha estado usted caminando mucho con la barbilla?
Dije.: - No.
¡Bien!- dijo él- esto me desconcierta mucho. ¿Usted cree que el problema estará en los labios? -preguntó.
- Por supuesto, le dije. -¿Qué es exactamente? -
Entonces él se vio muy serio, por cierto y dijo:-Yo creo que ha estado dando demasiados besos...
- Bueno- dije;- Le di un beso a una niña, una pequeña amiga mía-
- Piense otra vez, dijo él- ¿está seguro de que haya sido sólo uno?-
Pensé otra vez, y dije: - puede que hayan sido once veces-
Entonces el doctor dijo:- Usted no debe darle ni uno más hasta que sus labios se hayan recuperado-
- Pero ¿cómo hago? - Le dije: - ¡le debo ciento ochenta y dos besos más!-
Entonces se vio tan serio que las lágrimas corrían por sus mejillas y me dijo: -Mándeselos en una caja.
Entonces recordé una pequeña caja que compré una vez en Dover, pensando que podría regalarla alguna vez a alguna niña ú otra persona.
Así que los empaqué bien cuidadosamente.
Dígame si le llegan bien o si alguno se pierde en el camino.
(Rvdo. Charles Dodgson).
Carta a Gertrude Chataway, a quien conoció en 1875 y una de sus más cercanas “amigas niñas”
Carrol del día:
Un leyente está en la vida.
Y un escritor vive del resplandor de ella.
LA MORALEJA ES ÉSTA:
Sé, lector, que te gustaría adivinar con gran certeza la intensidad de tus propios destellos.
CAPITULO 10.- LA CUADRILLA DE LA LANGOSTA alias el BOGAVANTE
Un pie adelante.
He de morir.
Pero mi vida
no se apagará en estas líneas.
Un pie hacia atrás.
Las tenazas de la vejez,
y el veneno aliento de los censores
Sólo me darán desprecio
y no la muerte.
Un pie hacia el lado
¿Para tejer una guirnalda de margaritas,
valdría la molestia levantarse y recoger las flores?
Un salto atrás
Y Yo
Y yo seguía queriéndote en la foto.
Y nada más que en la foto
te quería.
Vuelta y reverencia.
- Sí; creo que sería mejor que te detengas.
Carroll del día.
Son más importantes los gestos que los hechos
o los nombres de quienes inventaron el suceso.
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