CAPITULO 8a.- EN EL CAMPO DE CRICKET DE LA REINA

He elaborado un plan...sobre cómo hacer las fotos de Connie. Para a ello debo permanecer en Londres. Me llevaré la pequeña a Oxford. Tomaré con ella el primer tren de la mañana. Se quedará unas nueve horas conmigo a solas. Luego por la tarde la devolveré a Londres. Apenas me costará más caro que los boletos para ella y la capucha. Y así no tendré que llevarla a cuestas...
(Charles Dogson)



EN ADELANTE EVITARÉ EN PÚBLICO TODA REFERENCIA A LAS NIÑAS
SALVO EN OCASIONES QUE NO DEN NINGUN LUGAR A DUDAS


Carrol del día:
Debieras decir lo que piensas;
como los gatos

DODO:
El sexagenario Carroll inmovilizado en su domicilio por un derrame sinovial, menciona el postrer encuentro en 1891 con Alicia, llamada ahora Mrs. Hargreaves.



Como Mrs. Hargreaves, está ahora en el Decanato. La invité a tomar el té. No pudo hacerlo. Pero ha tenido la gentileza de venir con su hermana Rhoda por un breve rato esta tarde. La carta de invitación de Carroll a su antigua amiga para que lo visitase incluye una profesoral mención al principio lingüístico general de la ambigüedad de las palabras y una respetuosa referencia al esposo de Alicia:
“Probablemente preferirá traer un acompañante; pero dejo en sus manos la decisión, observando únicamente que si su marido ha venido con usted, con el mayor mucho gusto le recibiré (he tachado el mayor porque es ambiguo; la mayoría de las palabras lo son, me temo). Lo conocí en nuestro salón de recreo no hace mucho. Me resultó difícil admitir que fuese el marido de alguien que, aún hoy, me represento como una niña de apenas siete años.


El triángulo de imágenes destella en la mente de Carroll:
i.- incómoda presencia del marido,
ii.- huella del tiempo en la mujer,
iii.- niña amiga en el recuerdo;

CONCLUSION-------------------------------------¿y quién no?