AB AETERNO tiene una cara roja por el gordo enfado.
Viste sólo con almidones y encajes
y una vara con un obeso corazón de oro
que la sostiene está en sus manos.
Lo cual evita que se le desplome el corazón fuera del pecho.
La Reina no sabe juzgar
ni pensar lo que la gente hace con sus actos,
simplemente si algo o alguien la molesta dice
sin matices de posibles interpretaciones:
- ¡Que le corten la cabeza! -
Y tiene razón;
A los errores hay que extirparlos de raíz
o pedirles la renuncia indeclinable, sin flaquezas.
Viste sólo con almidones y encajes
y una vara con un obeso corazón de oro
que la sostiene está en sus manos.
Lo cual evita que se le desplome el corazón fuera del pecho.
La Reina no sabe juzgar
ni pensar lo que la gente hace con sus actos,
simplemente si algo o alguien la molesta dice
sin matices de posibles interpretaciones:
- ¡Que le corten la cabeza! -
Y tiene razón;
A los errores hay que extirparlos de raíz
o pedirles la renuncia indeclinable, sin flaquezas.