CAPITULO 1O.- AL DESPERTAR



 Mi última afeitada.
Apenas miro con desgano
al que no es
en el espejo.
Se traspasa en la mañana el reflejo efebo
y no soy yo
ni en la vetusta silueta que acontece.
Alguna vez mirando ese rostro
después de la última afeitada,
me vi junto al diafragma incierto de la madrugada, casi muerto
viviendo apenas.
La falsa nitidez del plano frío, cínico me hiere
Deserta algo de mí en cada levantada
y me reduce a la jornada que se viene.
La culpa que me dieron me retiene
en el mínimo espesor de mi reflejo
para un siempre que jamás visitaré
donde seré
apenas lo que pude.





Dodo.




Carrol terminal:

Y las palabras van desapareciendo ante el silencio
que no es tal
si no memoria;
ese alimento que nos dieron,
para no morir antes de tiempo.